La admirable historia de Uğur y Özlem

Si decimos Uğur y Özlem seguramente no les suene a nada. Se trata de dos nombres propios a los que les debemos mucho. Empecemos por el principio de esta historia de pasión, emigración, coraje y amor. Una historia que tiene como colofón  cómo un matrimonio de médicos desarrolla en tiempo record una vacuna contra la COVID-19 con una efectividad comprobada de un 97%. Una aportación a la humanidad incalculable.

Estos son Uğur y Özlem:

Uğur Şahin, de 55 años, nació en Iskenderun, Turquía. Cuando tenía cuatro años, su familia se mudó a Colonia, Alemania, donde sus padres trabajaron en una fábrica de Ford. Creció queriendo ser doctor.

Özlem Türeci, de 53 años,  es la jefa médica de BioNTech, nació en Alemania, hija de un médico turco que había inmigrado desde Estambul.

Türeci y Sahin se conocieron en la Universidad de Sarre de Hamburgo. Él ya era médico y estaba especializado en oncología; ella era estudiante de medicina. Se casaron en 2002 en una ceremonia rápida y sin grandes florituras, de hecho aquel día también fueron a trabajar al laboratorio. Investigaban cómo entrenar al sistema inmune para atacar a las células cancerígenas. Cuando se quedaron sin fondos, decidieron emprender. Ambos cofundaron en 2008 la empresa de biotecnología BioNTech.

Hace dos años, el Dr. Uğur Şahin subió al escenario en una conferencia en Berlín  y declaró ante un público de expertos en enfermedades infecciosas que su empresa podría utilizar su tecnología de ARN mensajero para desarrollar rápidamente una vacuna en caso de una pandemia mundial. En ese momento, su empresa se centraba principalmente en los tratamientos contra el cáncer. Nunca había lanzado un producto al mercado. La COVID-19 aún no existía. Pero sus palabras resultaron proféticas.

Posteriormente, en enero de 2020, durante un desayuno en su casa, Ugur Sahin leyó por primera vez en ‘The Lancet’ que un virus de origen desconocido estaba causando una extraña neumonía en la ciudad china de Wuhan. Lo comentó con Ozlem mientras tomaban el primer café de la mañana. Unos días más tarde, BioNTech ya tenía un prototipo de vacuna y 500 empleados de la compañía trabajaban a destajo en el «Proyecto Velocidad de la Luz».

A día de hoy, esta pareja de médicos y fundadores del laboratorio alemán BioNTech, han estimado el fin de la pandemia “para mediados de 2022”, que es cuando creen que todas las regiones habrán alcanzado un alto nivel de vacunaciones e inmunidad de rebaño.

Ellos ya figuran entre las 100 personas más ricas de Alemania. Y a pesar de eso, su austeridad se ha convertido en parte de su leyenda. La pareja, que tiene una hija adolescente, vive en un apartamento modesto de la ciudad de Magenta. Van a trabajar en bicicleta, no tienen coche y siguen dando clases en la universidad local.

Verdades constatadas y dudas sobre la vacuna Pfizer/BioNtech COVID-19

Era la noticia más esperada en muchos meses y llegó, la gran esperanza en forma de vacuna se hacía realidad a finales de 2020 con la consiguiente alegría para todos.

Y una vez anunciada la noticia conviene ver las cosas con calma y con objetividad para saber qué certezas tenemos y qué dudas que dan aun por despejar.

Respecto a las certezas la vacuna Pfizer/BioNtech acumula hasta 10. Son estas:

  1. La tecnología de vacunas basadas en RNA mensajero monocatenario no es nueva. Se viene empleando en ensayos preclínicos y clínicos desde hace décadas. Pero ha sido la primera vez que una vacuna RNAm ha llegado a fase clínica III y ha mostrado una eficacia del 95%.
  2. Se ha demostrado que producen una potente respuesta protectora, que son seguras y razonablemente bien toleradas.
  3. El punto débil de estas vacunas es su inestabilidad ya que el RNA requiere condiciones de mantenimiento extremas ( de menos de 80º).
  4. Se trata de una tecnología barata con respecto a otros tipos de vacunas que permite desarrollar una vacuna nueva en tiempo record.
  5. El RNAm no entra en el núcleo celular (donde tenemos nuestra DNA /información genética), tiene una vida media muy corta y rápidamente es degradado. No hay ninguna evidencia científica en base a lo que conocemos sobre biología molecular que indique que el ARNm usado en las vacunas frente a la COVID-19 pueda tener la capacidad de alterar nuestro genoma
  6. Esta vacuna RNAm se basa en un gen concreto que sirve para crear la proteína S (que es una parte de la envoltura del virus que actúa como la llave que se une al receptor de la célula). Cuando ese trocito de RNA entra en nuestra célula, ésta lo lee y produce la proteína S del virus. Obviamente, como solo se utiliza un fragmento de RNA, este tipo de vacunas no pueden causar la enfermedad.
  7. La vacuna se administra por vía intramuscular.
  8. Al igual que todas las vacunas, puede producir efectos adversos leves, aunque no todas las personas los sufran. La mayoría de estos efectos leves son debidos a que la vacuna funciona, a que estimula nuestro sistema inmune.
  9. La probabilidad de que te contagies con SARS-CoV-2, de que enfermes y tenga consecuencias graves e incluso mortales y de que contagies a otros, es mayor que los posibles efectos secundarios que pueda tener la vacuna.
  10. Si durante los próximos meses se confirma la seguridad a largo plazo y la efectividad de las vacunas RNAm para controlar la pandemia, podría suponer una nueva revolución en la biomedicina.

Y aclaradas las certezas estás son las cuestiones que a día de hoy están sin despejar:

  1. No se ha evaluado la eficacia, la seguridad ni la inmunogenicidad de la vacuna RNAm de Pfizer/BioNtech en personas inmunodeprimidas, incluidas aquellas que estén recibiendo tratamiento inmunosupresor, ni en menores de 16 años. Se desconoce la duración de la protección proporcionada por la vacuna.
  2. Como con cualquier vacuna, puede no proteger a todas las personas que reciban la vacuna.
  3.  No se han realizado estudios de interacciones con otros medicamentos o con otras vacunas.
  4. La experiencia en mujeres embarazadas es limitada, y se desconoce si se excreta en la leche materna.
  5.  El impacto de la vacunación en la propagación del virus a nivel comunitario se desconoce todavía. No se sabe aún en qué grado las personas vacunadas pueden ser portadoras del virus y propagarlo.
  6. No tenemos datos de posibles efectos a largo plazo, sencillamente porque no ha dado tiempo. Por todo esto, ahora comienza lo que se denomina la fase IV de farmacovigilancia en la que se sigue evaluando la seguridad (posibles efectos secundarios muy poco frecuentes que es imposible detectar con miles de voluntarios pero que se ponen de manifiesto cuando se prueba en millones de personas), y su efectividad (si realmente funciona en el control de la epidemia).  Por eso, no nos debería extrañar que, como ocurre con otros medicamentos, alguna vacuna pueda llegar a retirarse del mercado posteriormente, si se detecta que no es segura o efectiva.

Fuentes:

Vacunas RNAm: un mensaje de esperanza

Publicado por Ignacio López-Goñi en https://microbioun.blogspot.com