El Departamento de Salud del Gobierno Vasco implanta una nueva red centinela para vigilar las infecciones respiratorias agudas

El Departamento de Salud del Gobierno Vasco implanta una nueva red centinela para vigilar las infecciones respiratorias agudas

El Departamento de Salud del Gobierno Vasco ha implantado un nuevo modelo de red centinela que vigilará todas las Infecciones Respiratorias Agudas (IRAs), incluidas la gripe o la COVID, así como cualquier otro virus respiratorio, como el VRS, causante de la bronquiolitis infantil, que tantas preocupaciones está generando en las últimas semanas.

Las infecciones de tipo respiratorio constituyen un problema de salud habitual en la población general, detectándose una mayor incidencia y consecuencias más graves, en las edades extremas de la vida, y en pacientes inmunodeprimidos.  

La pandemia de la que aún no hemos salido, alteró los circuitos de vigilancia establecidos para la gripe, por lo que Euskadi inició una renovación de su red, para extenderla al conjunto de las Infecciones Respiratorias Agudas, tanto leves (atención primaria) como graves (atención hospitalaria).

Esta renovada red se completa con la nueva red centinela que se encargará de la vigilancia de cualquier tipo de virus respiratorio, lo que permitirá evaluar y mejorar la eficacia de las medidas de control y prevención, especialmente las vacunas.

El sistema implementado contempla un control estable y sostenido en el tiempo, y no únicamente estacional, como sucedía con  la gripe, lo que servirá también para detectar y dar respuesta ante una emergencia originada por cualquier otro agente respiratorio.

El Departamento de Salud elaborará semanalmente un informe con la situación epidemiológica, que se publicará en su propia web, en la que se podrá acceder al histórico de datos y así poder analizar la evolución de este tipo de afecciones.

La vacuna pediátrica contra la COVID-19 ya es una realidad

La vacuna pediátrica contra la COVID-19 ya es una realidad

La Agencia Europea del Medicamento (EMA) ha dado luz verde a la posibilidad de poner a los menores, entre 5 y 11 años, la vacuna contra la COVID19.

El medicamento desarrollado por BioNTech/Pfizer ya contaba con la autorización de uso para mayores de 12 años. De esta manera, la EMA autoriza la primera vacuna pediátrica frente a la COVID-19 que tiene el visto bueno en la Unión Europea.


La dosis para esta nueva franja de edad se administrará al igual que en adultos: dos dosis en la parte superior del brazo con un intervalo de tres semanas. La dosis, sin embargo, será menor que la utilizada en personas mayores de 12 años (10 microgramos para los más pequeños,  frente a 30
microgramos para el resto).


El Comité de Medicamentos de Uso Humano (CHMP), en el que están integrados expertos de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), ha tomado esta decisión basada en un ensayo que muestra que con la dosis de 10 microgramos la respuesta inmune, medida por el nivel de anticuerpos generados frente al SARS-CoV-2, es comparable a la observada con una dosis más alta (30 microgramos) en personas de 16 a 25 años.


Las reacciones adversas más frecuentes identificadas en menores de 5 a 11 años son similares a las registradas en mayores de 12 años, que incluyen dolor, inflamación y enrojecimiento en la zona de la inyección, dolor de cabeza, fatiga y dolor muscular.

Tras la autorización de comercialización condicional otorgada por la CE, la vacuna pediátrica se pondrá en España a disposición de las autoridades de Salud Pública del Ministerio de Sanidad para ser utilizada en los planes de vacunación de acuerdo a sus características.

 
Esta nueva formulación sí necesita dilución y la compañía empezará a distribuirla en la Unión Europea en la segunda quincena de diciembre, de acuerdo a su capacidad productiva.

La COVID 19 marcará la historia

La COVID 19 marcará la historia

Las distintas expresiones artísticas, que son una gran fuente histórica, han dejado poso de las pandemias que han afectado a la humanidad en diferentes épocas. Un buen ejemplo es el reconocido cuadro “La Piedad” del maestro Tiziano. El lienzo refleja la imagen de un anciano implorando a Dios  para que su hijo y él sobrevivan a una epidemia.  Era la época de la peste en Venecia y el pintor dejó constancia del complicado momento.

La peste que asoló Europa en aquel siglo, el XIV, causó la muerte de cerca de un cuarto de la población. El miedo no se fue con la enfermedad, sino que persistió durante mucho tiempo. A pesar de estar controlada, la peste no ha dejado de surgir en otros momentos históricos como bien refleja Albert Camus en su emblemática novela “La Peste” por cierto, una de las novelas más leídas durante la pandemia. Entre aquella pandemia del siglo XIV y los distintos brotes de la enfermedad, hay una clara diferencia la ciencia ha avanzado y ahora contamos con antibióticos. El abordaje médico más efectivo se basa en la administración de antibióticos. Sin ellos, la enfermedad generalmente es letal.

Otro ejemplo: el  VIH sigue entre nosotros, pero con medicamentos para prevenirlo y tratarlo, ya no es la enfermedad letal que mataba sin piedad hace tan solo unos años.

Anualmente, tenemos campañas vacunales contra la gripe estacional…es decir, tras superar la pandemia seguimos conviviendo con gérmenes que podemos la mayoría de veces, tratar gracias a los avances científicos.

Las diversas olas de la COVID-19 han infligido su propia desesperanza y miedo en la humanidad del siglo XXI.

Tendemos a pensar en las pandemias son episódicas, pero la realidad es que no volveremos a ser los mismos que antes de la Covid-19 y los efectos que ha generado en nuestra sociedad perdurarán durante décadas, marcando una era y no un episodio puntual.

El trauma para los afectados por una pandemia persiste mucho después de que retrocedan  la amenaza inminente del contagio y  la muerte. Si aprendemos las lecciones de la historia, quizá podamos superarlo de una manera más eficiente, justa, solidaria e incluso optimista que en el pasado que nos hemos visto obligados a superar.

Y esa es justo la lección de la historia que a menudo se nos olvida y que ya reflejan en la historia reciente más de una novela, serie y película.

Marzo de 2022, la fecha que la OMS baraja para que la Covid esté controlada

Marzo de 2022, la fecha que la OMS baraja para que la Covid esté controlada

Marzo de 2022. Una fecha para anotar en la agenda, eso sí con cautela, ya que el virus nos viene sorprendiendo desde hace año y medio. La fecha es la que ha lanzado  la Organización Mundial de la Salud (OMS), como previsible para tener controlada la pandemia, y apunta como requisito que  se mantenga el ritmo de inmunización de la población. 

Son incluso más optimistas los responsables de la OMS cuando apuntan “seguir con la misma velocidad de administración podría incluso adelantar la salida».


En cuanto a la idoneidad de inocular una tercera dosis de la vacuna, la OMS es partidaria de esperar, como mínimo, hasta el año que viene.  Considera la entidad sanitaria que en ese momento se dispondrá  de más información y evidencias y habrá un 40 por ciento de la población mundial con al menos la primera dosis. Se trataría de posponer  la tercera dosis hasta que sea más equitativa. Es una estrategia de protección colectiva.

Sobre la vacunación de los menores de 12 años, el inicio del curso escolar será un factor clave a la hora de evaluar el riesgo que presente este grupo de población menor. 

Camina, baila pero sobre todo, ¡muévete!

Camina, baila pero sobre todo, ¡muévete!

“Si no puedes volar corre, si no puedes correr, camina, si no puedes caminar, gatea, pero hagas lo que hagas, siempre sigue hacia adelante”. La frase se le atribuye a Martin Luther King y es toda una filosofía de vida que compartimos.

Si echamos la vista atrás, constatamos que hasta finales de la década de  los 90, la mayoría de los investigadores creían que los cerebros humanos eran físicamente fijos e inflexibles después de la primera infancia. Hoy por hoy, sabemos que no es así nuestros cerebros pueden seguir renovándose cuando somos adultos. No solamente en la sustancia gris, el ejercicio puede también refrescar y renovar la materia blanca de nuestro cerebro, lo que podría mejorar nuestra capacidad de pensar y recordar a medida que envejecemos; en cambio, en quienes permanecen sedentarios, la materia blanca tiende a deshacerse y encogerse.

Agnieszka Burzynska, profesora de Neurociencia y Desarrollo Humano de la Universidad Estatal de Colorado en Fort Collins, ha publicado un nuevo estudio en Junio de 2021 en la revista NeuroImage.

Comenzaron reuniendo a casi 250 hombres y mujeres de edad avanzada que eran sedentarios pero que, por lo demás, estaban sanos. En el laboratorio, probaron la aptitud aeróbica y las habilidades cognitivas de estos voluntarios y también midieron la salud y la función de su materia blanca, utilizando una forma sofisticada de escáner cerebral por resonancia magnética.

A continuación, dividieron a los voluntarios en grupos, uno de los cuales comenzó un programa supervisado de estiramientos y entrenamiento del equilibrio tres veces a la semana, para servir de control activo. Otro empezó sesiones de caminatas en grupo tres veces por semana, a paso ligero, durante casi 40 minutos. Y el último grupo empezó a bailar, reuniéndose tres veces por semana para aprender y practicar bailes en línea y coreografías de grupo. Todos los grupos se entrenaron durante seis meses y luego volvieron al laboratorio para repetir las pruebas desde el inicio del estudio.

En el caso de muchos, sus cuerpos y cerebros habían cambiado, según descubrieron los científicos. Los caminantes y los bailarines estaban en mejor forma aeróbica, como era de esperar. Y lo que es más importante, su materia blanca parecía renovada. Especialmente en los caminantes, que ahora también rendían mejor en las pruebas de memoria. Mientras tanto, los miembros del no había realizado ejercicios aeróbicos, mostraron un deterioro de la salud de la materia blanca después de los seis meses, con un mayor adelgazamiento y desgarro de sus axones y una caída de las puntuaciones cognitivas.

Básicamente, queda demostrado que  si queremos mantener nuestros cerebros sanos debemos hacer ejercicio aeróbico. Los resultados ofrecen “un sólido argumento para levantarse y moverse” por el bien de nuestra materia blanca.

No hace falta volar, con gatear es suficiente.