¿Cuánto durará la protección de las vacunas anti-COVID-19?

La pregunta del millón, la que nos hacemos prácticamente todos, y para la que todavía no hay demasiadas certezas. Seguimos en manos de la ciencia para tener respuestas fiables que los investigadores buscan sin descanso, por eso,  trabajan en encontrar marcadores biológicos que puedan revelar en qué momento la protección de una vacuna ya no es suficiente para contener el coronavirus.

Si hacemos el ejercicio de comparar las vacunas anti COVID-19 con otras, obtenemos algunas conclusiones:

Las vacunas contra el sarampión pueden producir inmunidad de por vida. Las vacunas contra el tétanos, en cambio, generan defensas que se desvanecen año tras año, lo que exige un refuerzo cada cierto tiempo, y si pensamos en el antídoto contra la gripe, la mutación del virus es tan rápida, que exige una vacuna anual.

Aunque muchos científicos estiman que las vacunas contra la Covid-19 durarán al menos un año, nadie puede en este momento, afirmarlo con rotundidad. Tampoco está claro si las variantes del Coronavirus que están surgiendo cambiarán nuestras necesidades de vacunación. Lo que sí es evidente es que cuantas más personas se protejan menos  posibilidades le ofrecemos al bicho de infectar y por tanto, de evolucionar hacia nuevas variantes.

Los primeros indicios son alentadores. Los investigadores han extraído muestras de sangre de los voluntarios que participan en los ensayos de la vacuna y miden sus niveles de anticuerpos y células inmunitarias que atacan al Coronavirus. Los niveles están disminuyendo, pero de manera gradual. Es posible que, con este ritmo lento de descenso, la protección de la vacuna siga siendo vigorosa durante mucho tiempo. Las personas que se contagiaron anteriormente y luego recibieron la vacuna podrían tener una protección aún más duradera. Se cree que  hay una posibilidad real de que la inmunidad contra la cepa original dure años. De confirmarse esta, que sin duda es la mejor de las opciones, las dosis de refuerzo de la vacuna contra la COVID-19 podrían no ser necesarias durante años.

Los investigadores ya han descubierto que la eficacia de las vacunas que utilizan diferentes tecnologías puede variar. Las vacunas más potentes son las basadas en moléculas de ARN. Es posible que la protección de las vacunas menos eficaces contra la COVID-19 se desvanezca con más rapidez. Se sabe además que el cambio de marca de vacunas puede robustecer los refuerzos.

Asimismo, es posible que otras vacunas que aún están en fase de ensayo clínico funcionen aún mejor como refuerzos contra la COVID-19.

Seguimos aprendiendo del comportamiento del virus cada día, y seguimos teniendo confianza plena en la ciencia y en sus profesionales.

Actualizada la estrategia de vacunación frente a la covid-19 en España

La estrategia de vacunación se ha convertido en una especie de organismo vivo que sufre modificaciones de acuerdo con el conocimiento que las autoridades sanitarias y científicas van teniendo sobre el comportamiento tanto del virus, como de los medicamentos.

La última actualización en España, la que hace la número 7, se publicó el pasado 13 de mayo y en la misma se  incorpora la nueva evidencia disponible y las recomendaciones de vacunación en los grupos de población.

Así recoge textualmente el BOE esta séptima actualización de la Estrategia de Vacunación frente a la COVID-19 en la que se incorporan nuevos colectivos, dando prioridad a personas de especial  vulnerabilidad (grandes dependientes de difícil accesibilidad, con autismo profundo o enfermedad mental severa).

Respecto a los tramos de edad ya se está acometiendo la vacunación del grupo de 50 a 59 años, tras haberse incorporado a las vacunas ya disponibles la de Janssen, que se caracteriza por ser de una única dosis.

Precisamente esta característica la hace recomendable en personas difíciles de captar para la vacunación y cooperantes que se desplacen en misión a países de alto riesgo así como personas que por razón de su actividad no se vayan a encontrar en España en las fechas de la segunda dosis.

El espejo donde queremos mirarnos

De un tiempo a esta parte miramos con cierta envidia a los países que han tenido la posibilidad de agilizar sus procesos de vacunación frente a la COVID-19 como es el caso de Reino Unido ó el aún más emblemático Israel, sin olvidar el ejemplo de Gibraltar. Al margen de polémicas que las ha habido respecto a la adquisición de vacunas o a las políticas implementadas para administrarlas, la realidad de estos sitios es tan positiva que se ha convertido en el espejo en el que queremos mirarnos.

Si nos centramos en el ejemplo de Israel donde  la vacunación ha sido una de las más rápidas del mundo nos encontramos con datos absolutamente esperanzadores con caída drástica de los contagios, fallecidos y pacientes en estado grave. En este momento solo hay unos dos centenares de hospitalizados en condición crítica, y los enfermos activos son poco más de 2.500. El número de nuevos casos diarios se ha reducido hasta los 200 de media.

Con gran parte de su población inmunizada, Israel dio el domingo 18 de Abril otro paso hacia la normalidad: los ciudadanos  pudieron quitarse la mascarilla en la calle (al aire libre ) tras un año de imponerse su uso obligatorio para contener el virus.

Sin grandes restricciones, con una reapertura casi total y un ambiente que recuerda a los tiempos previos a la pandemia, muchos israelíes han salido a la calle sin  mascarilla, con el optimismo de sentir que siguen dejando atrás la pandemia tras una veloz vacunación que ha conseguido un descenso sostenido de la morbilidad.

Las mascarillas aún son obligatorias en espacios interiores, y Sanidad recomienda usarlas también en grandes reuniones o zonas concurridas en área exterior. No obstante, la obligación de ir con mascarillas en espacios cerrados podría ser levantada a finales de mayo.

 No obstante el país aún no ha alcanzado la inmunidad colectiva pese a sus progresos. Se pronostica que el mundo necesitará una tercera dosis tal y como deslizó el director general de Pfizer  hace meses.

Aunque queda aún camino por recorrer, Israel y quienes han agilizado sus procesos de vacunación, representan todo un símbolo de «optimismo» que ilustran como prosiguen con éxito su vuelta a cierta normalidad y nos transmiten la sensación es que la pandemia ya empieza a ser historia.

La pandemia acelera la transformación digital

La digitalización de muchos de nuestros procesos, eso que ha dado en llamarse la Industria 4.0, llegó antes que la COVID-19 pero como en muchos otros asuntos, el virus ha acelerado y maximizado muchas cosas y sin lugar a dudas, una de ellas es la transformación digital.

Quienes no habían iniciado ese cambio radical han tenido que adaptarse a él de forma rápida, no olvidemos que con la pandemia llega el teletrabajo masivo, por citar solo un ejemplo palpable.

La formación, evidentemente no es ajena a esta nueva realidad, las plataformas virtuales ya estaban entre nosotros, pero en el último año largo ya, han cobrado un especial protagonismo consiguiendo mayor visibilidad dentro de los entornos de aprendizaje…

A los formadores, no nos quedó más remedio que aprender sobre la marcha para poder seguir enseñando. Por cambiar, hemos tenido que cambiar hasta la nomenclatura, de hablar prioritariamente de formación presencial, hemos pasado a hablar generalmente de formación en aula virtual.

Y como todo contratiempo tiene su propio aprendizaje, en CFP IN contrastamos nuestra capacidad de adaptarnos con éxito y de forma rápida a lo que la nueva situación nos estaba demandando, para poder seguir respondiendo a las necesidades de nuestros clientes.

En definitiva, no sólo supimos responder en plazo y forma, sino como suele decirse, hacer de la necesidad virtud y salir reforzados.

Llega el “Pasaporte Covid”

“Pase Verde Digital” es el nombre con el que Bruselas ha denominado lo que entendemos como “Pasaporte Covid”, un controvertido documento que en España y de acuerdo con las declaraciones realizadas por la ministra de Industria, se pondrá en marcha en mayo.

El pasaporte sanitario sería un documento que probaría que el que lo posee está, en principio, inmunizado contra la covid-19, por lo que podría viajar de un país a otro sin riesgo de transmitir el virus entre fronteras. 

El documento recogería los siguientes datos:

  • Si se ha recibido la vacuna o no.
    • Si se ha pasado la enfermedad del coronavirus.
    •  Si se poseen o no anticuerpos y los resultados de las pruebas contra el coronavirus que se realicen.

Europa entiende que el documento permitiría la necesaria reactivación económica al permitirse viajar y con ello, favorecer tanto los viajes profesionales como los turísticos.

La polémica ha estado servida desde que se dio a conocer la iniciativa, puesto que la idea colisiona con una de las cuatro libertades fundamentales de la Unión Europea, en concreto,  la libre circulación de personas por los países que la conforman. Si se limitase la movilidad mediante el uso del pasaporte de vacunación contra el coronavirus, esta medida entraría en conflicto con las libertades de la ciudadanía europea. Asimismo,  la Organización Mundial de la Salud (OMS), por su parte, ha manifestado su rechazo al documento, debido a que «las vacunas no pueden ser un requisito para viajar, puesto que no se conocen sus efectos en la reducción de contagios ni la duración de la inmunidad”.

Así las cosas, el sector privado y un buen ejemplo son las aerolíneas,  también analiza iniciativas del mismo sesgo con el fin de favorecer la movilidad sabiendo que los cierres perimetrales están siendo un auténtico lastre económico.